Qué ves:
veo globos que se elevan,
aves que chillan, plumas, plumas en las puertas
y, congelado en la acción,
un padre que arrastra un carrito de bebé.
Qué ves:
veo que el fuego irrumpe en la florería,
veo niños bien educados en sus casas,
sus pupilas florecientes
y en las cabezas, por miedo a los misiles,
cascos para la bicicleta.
Una mujer grita terribles rumores por teléfono.
Qué ves:
No veo nada, oigo el llanto de los dioses
por detrás de altos árboles o entre los arbustos
Sólo una madre de carne y hueso protege a los polluelos
y en sus alas se despliega la piedad del mundo.
Cómo es devorada por colmillos de fieras.
Qué ves: veo que éramos
extraños. El sol se oculta tras cenizas de ángeles,
los saurios lanzan sus fauces por los campos,
los niños no duermen
y no podremos ya jamás conciliar el sueño,
la oscuridad de dios nos despertó.