Ahora, cuando la muerte repta a nuestro alrededor
y las nueces pecán luchan contra sus cáscaras,
yo me refugio en el idioma hebreo.
Nada me ocurrirá mientras escriba ingenuamente,
nada me ocurrirá
si me empapo en las letras,
si no me salgo del renglón.
Me restrinjo a un jirik,
me encierro en una samej
en el vientre de una guimel
con el fluir de las lágrimas
del jataf[1].
Querida lengua sagrada:
ahora que ha llegado el tiempo,
ahora que todo es amenaza,
que los cultivos se desgajan
y la tierra es arada,
yo sólo sigo el consejo de Rilke:
dejo que la belleza y el terror me sucedan
sin pensar
que se trate de algo definitivo[2].
Traducido al español por Gerardo Lewin
[1] Letras y signos diacríticos del alfabeto hebreo moderno. Jirik es un signo diacrítico que representa a la vocal I mientras que el jataf representa a una vocal A. Samej es la letra equivalente a la ese y guimel suena como GUE (como en garra o guerra).
[2] “Lass dir Alles geschehn: Schonheit und Schrecken. Man muss nur gehn: Kein Gefühl ist das fernste. Deja que todo te suceda: la belleza y el terror. Solo sigue adelante. Ningún sentimiento es definitivo.” De Rainer M. Rilke, “El libro de las horas” (Das Stunden-Buch).